18 de septiembre de 2012

al otro lado del espejo...



(
)
Quiero
ver todo lo que va a venir

No
quiero mi merecido puesto en el desfile
ni
en el banquete
ni
en el jardín
(perdón,
ya no hay jardines
los
jardines son ontológicamente imposibles)
Quiero
estar en la calle
dentro
del laberinto
amaestrando
al hambre y a la angustia
sin
ovillo de hilo y con los ojos abiertos

Ya
no hay tiempo
Por
primera vez en la historia
se
ha terminado el tiempo
(de
educar a los hijos
mejorar
las ciudades
regalar
un dedalico de amor a quienes sufren)

pero
yo necesito ver lo que vendrá
después
del tiempo.
.

He vivido en la superficie de las cosas.
Mas
viví también por fortuna
en
las palabras. Ellas iban
incorporándome
a la lentitud
penetrando
las estaciones de mi piel
dilatando
la malla amarga de los días
rastreando
el frío y el calor en los seres
zambulléndose
en el amor hasta salir al tedio
en
el tedio hasta dar en la esperanza
en
la esperanza hasta emerger en el asombro
sin
yo quererlo o porque lo quería.
Las
palabras
maravillosamente
incapaces
de compromiso.
No
soy un juglar de la descomposición. Acaso
amo
sobre todas las cosas
el
lugar del canto del pinzón
la
aérea ebriedad de las mimosas
y
el minuto con memoria del beso de los amantes.
Pero
hay que ir hasta el fondo
correr
el riesgo
de
abrasarse en la resistencia de las cosas
para
sacar acaso la cabeza
al
otro lado del espejo
o
en el frescor de un nuevo meridiano.

.


Y te digo una cosa más: donde encuentres la raíz de una verdad
aférrate a ella
porque se trata del más infrecuente y valioso
de todos los tesoros.
Y donde encuentres la raíz de una verdad
no temas soltarla
porque, como cualquier tesoro, la perderás
si te empecinas en aferrarte a ella.


Poemas de JORGE RIECHMANN