16 de enero de 2012

la cultura y el consumo literario...

ARTÍCULO DE LA REVISTA DIGITAL 
PALANCA DE CAMBIO
Por: Santiago Cabrera Catanesi


Como dijo Arquímedes "dadme una palanca..." en este caso dadme una idea y veremos lo que se puede hacer. La idea de este fanzine o revista digital, es ofrecer una plataforma de salida a diferentes manifestaciones artísticas y culturales. Y crear, de este modo, una comunidad conjunta de libre expresión

¿qué nos hace más cultos, comprar libros, o leerlos?
Estimado (y entusiasta) lector, a continuación me dispongo a hablarle del E-book , pero para ello creo necesario hacerle un par de  aclaraciones: el E-book, lo que se conoce auténticamente por este nombre, no es ningún dispositivo electrónico “cool” que te permite leer libros y que ahora mismo está marcando tendencia. No. El E-book es un libro digitalizado, su esencia misma, es lo que lees; todo lo demás, son formas de acceder a él (ya sean readers, ipad, PDA, móviles, etc). La segunda aclaración es en referencia a sobre lo que voy a escribir: no voy a recomendarle marcas de lectores digitales, ni a comparar precios, no voy a hablar de medio ambiente, ni a acusarle de asesino de la tierra, lo que voy a hacer es, sencilla y llanamente, hablar del posible efecto del E-book en la sociedad.

Actualmente, el ser humano tiene a su disposición más de 20.000 libros en formato digital.  más de 20.000 de los que puede disponer de forma libre y legal. Si se le diese a un niño una forma de acceder a ellos, podría leer gratis el resto de su vida. No estoy perturbado cuando hablo de legalidad, ni soy un anti-sistema retobado que mira para otro lado cuando se habla de leyes, ya que son las leyes mismas las que nos protegen en este tema: según el Código español, los derechos sobre un libro tienen su permanencia un total de 70 años tras la muerte del autor. tras este tiempo, estos derechos se anulan. Autores como Shakespeare, Kafka, Tolstoi o García Lorca, cumplen con estos requisitos. 

Esto quiere decir, que nadie puede cobrarnos por acceder a sus libros. Por supuesto, si acudes a una librería, el buen librero hará lo posible porque elijas las versión más completa, con los mejores comentarios, y el mejor papel que hayas visto en tu vida, y (como no) te cobrará por ello. Y por eso estará pagando usted, por el papel, la  encuadernación, y la verborrea de un señor del que no ha oído hablar en su vida. Pero nunca (y cuando digo nunca, lo digo de forma enérgica) pueden cobrarnos por la experiencia vivida al leer un libro.

Pruebe usted a recordar el libro que más le haya gustado u odiado. manténgalo en su mente. ¿qué recuerda: la encuadernación, o los sentimientos que albergó al leerlo? Si su respuesta es la segunda opción le invito a que se cuestione conmigo: ¿Ha sido el e-book capaz de romper la barrera entre el soporte y el contenido? ¿Podría el ser humano ser capaz de diferenciar lo que lee del cómo lo lee? ¿Podríamos llegar a una era en la que, acceder a la literatura se superpusiese a poseerla?

Siendo capaz por tanto, de modificar la perspectiva del consumo de literatura, deberíamos considerar el e-book como un avance tecnológico de los últimos años. Ahí está el quid amigo lector. El primer documento digitalizado surgió en 1971 (hace cuarenta años para ser exactos), de mano de un informático llamado Michael Hart, cuya única intención fue la de darle punto de partida a la digitalización de aquellos textos libres de autoría o Copyright, creando el Proyecto Gutenberg (web actualmente en línea que dispone de una enorme cantidad de literatura exenta de copyright y en diversos idiomas). Después de cuatro décadas, el e-book parece estar aún en pañales. Después de cuatro décadas, la sociedad sigue mirando los libros digitales con recelo y desconcierto.

La realidad es que el libro digital, no es un avance tecnológico. El libro digital “fue” un avance cultural, obstaculizado y tergiversado por movimientos políticos, económicos y de mercado que han visto mayor rentabilidad en el papel, y que ha sido ahora (tras cuarenta años) cuando le han visto mejor salida al e-book: ¿o le parece casualidad que la terminología “e-book” se haya reducido a un soporte específico (el Reader)? El libro digital ha (re)surgido como un elemento mas de la ola consumidora, cuya función es la de satisfacer momentáneamente al cliente, que espera con ansias la salida del próximo artilugio electrónico “chic” que le permita deshacerse del anterior.  una vez más, la cultura se ve eclipsada por la mentalidad consumista a la que tanto estamos acostumbrados.

Es un hecho, por tanto, que el e-book tiene tanto aspectos positivos como negativos. Pero mi intención con este artículo no es otra que la de concienciar: el libro digital es un arma poderosa que puede crear o destruir (en sentido figurado). Pero no depende de en “qué manos caiga”, sino de “la mente en que lo haga.