29 de octubre de 2012

"metáforas que nos piensan"


Le dijo Caperucita al Lobo:
Qué Grandes Valores tienes.
Y el Lobo contestó:
Son para comerte mejor.

«Cuando a un indígena chamula de los cerros de Chiapas, en el sur de México, se le pide que dibuje un mapa del mundo tras hacerle comprender la noción misma de “mapa”, coloca invariablemente en el “centro” la iglesia de San Juan, núcleo de la religión y la cultura chamula, y a su alrededor, en círculos concéntricos sucesivos cuyo tamaño y precisión disminuye con la distancia, los lugares cada vez más remotos que todavía guardan alguna relación con los intereses inmediatos de la comunidad: San Cristóbal de las Casas, Tuxla Gutiérrez, Distrito Federal… y los Estados Unidos, un desierto informe y borroso, ya casi fuera de la página en blanco, donde “nacen” los coches. Sólo por cortesía y sin saber nada acerca de su localización, acabará aceptando añadir una manchita al otro lado de un mar proceloso que ningún automóvil puede cruzar: es nuestra vieja y gran Europa.

Entre la concepción etnocéntrica de los chamula y la nuestra no hay, por tanto, ninguna diferencia. Hay una. Los “mapas” chamulas están trazados desde el cuerpo, ese pequeño, reducido y superado “metrón” neolítico; contemplan el mundo agarrados al suelo, encerrados en los límites inabarcables de su inmediatez empírica. Nosotros los mapas los trazamos desde el aire o, por así decirlo, desde el universo, con desapego universal, a partir de instrumentos separados del cuerpo que transportan una visión aparentemente sin centro y configuran desde la libertad un territorio más verdadero y más manejable. El etnocentrismo chamula es explicable puesto que su centro es precisamente su etnia; el etnocentrismo occidental es menos disculpable pues Occidente —lo que quiera que sea eso— pretende tener su centro fuera y contemplarse y contemplarlo todo desde las estrellas. Al contrario que el garabato indígena, transparente en sus proporciones subjetivas, el mapamundi occidental detenta la autoridad impersonal de Nadie y de Todos, la incuestionabilidad de una mirada compartida por encima de las fronteras, las tradiciones y las culturas. El etnocentrismo de nuestra tribu se mira el ombligo, por así decirlo, científica y racionalmente. El etnocentrismo de nuestra tribu es etnófugo, criptoétnico, epistemocéntrico.


La cartografía se ha desarrollado, lo sabemos, a impulsos del comercio y la conquista y su creciente precisión y funcionalidad es inseparable de la expansión colonial, la explotación económica y el imperialismo. Pero no es esto quizás lo más grave. Un mapa puede ser utilizado para controlar un territorio, para bombardear una ciudad, para salir de una selva o para desenterrar un tesoro; su genealogía limita pero no se impone necesariamente en cada uso. Podemos quizás —podremos— liberar los mapas. La cuestión es que el mapa mismo, y con independencia de su utilización, impone una mirada, una distancia, una síntesis visual de acercamiento a los territorios y sus hombres.


Cuando un chamula viaja, por ejemplo, a San Cristóbal de Las Casas su desplazamiento es horizontal y sincrónico: su visión es contemporánea de las cosas y la aparición misma de las cosas es contemporánea de su visión. Se mueve en un plano inmanente en el que tiene que enlazar trabajosamente impresiones sueltas a partir de un eje subjetivo amenazado por el propio distanciamiento del centro. Cuando nosotros viajamos a la India, en cambio, lo hacemos siempre en sentido vertical y descendente. Desplazarse en nuestro caso es siempre descender, no sólo cuando utilizamos el avión sino porque inevitablemente nos dejamos caer desde un mapa. La India y Bombay eran ya una propiedad mental nuestra, una unidad eidética manejada y explorada muchas veces antes de emprender el viaje, y por lo tanto el recorrido es siempre de alguna manera eleático; ni nos distanciamos nunca del lugar de partida ni tenemos que hacer tampoco el esfuerzo de medirnos con el espacio. Sería muy ingenuo pensar que esta percepción vertical y descendente del territorio, y la trascendencia a priori de esta visión, son ajenos a la seguridad del viajero occidental, a su indiferencia por los detalles y a su consideración un poco esquemática de los nativos, tres rasgos que, en condiciones de hegemonía económica y militar, acaban por desprender rutinariamente las figuras infames del funcionario colonial y del turista.


En definitiva, si la cartografía está atrapada en un imaginario (y una ideología) de conquista, nuestro imaginario (y nuestra ideología) están atrapados a su vez en una espontaneidad cartográfica. Tendremos que liberar los mapas, sí, pero después habrá también que aprender a reprimirlos.

(...)

Los sioux nacían en la tierra y sus sinuosidades; los occidentales nacemos en una plantilla o en una cuadrícula, trazada con cartabón y escuadra desde la que contemplamos naturalmente la naturaleza, incluido nuestro propio cuerpo, como un artificio, como una creación de la mente humana, como un diseño tecnológico a partir de los principios de la mecánica y la geometría. Nuestra geometría es quizás ilusoria, pero nuestras ilusiones son geométricas. Este imaginario rectilíneo, como nuestro imaginario cartográfico, no deja fuera un imaginario más auténtico u original, más primitivo y amenazante; lo que deja fuera es el mundo mismo; deja fuera el hecho mismo de que el mundo está inclinado. Reducida a “paisaje”, yaciente en su eidética articulación de planos y secantes, tendremos que sorprender la naturaleza en una hora crepuscular y desde un cerro, en un deliquio sartreano, para sentir el equivalente horizontal del vértigo: el horizóntigo de la anchura sinuosa, el mareo repentino —para una subjetividad plutarquiana— de la irregularidad, la ondulación, la imprecisión, la liquidez pétrea de la superficie terrestre.»



Extraído del Prólogo de Santiago Alba Rico al libro de Emmánuel Lizcano "Metáforas que nos piensan" publicada bajo licencia de Creative Commons 2.1 coeditado por Traficantes de Sueños y Ediciones Bajo Cero, 2006




26 de octubre de 2012

the bucket... in India

"water can mean everything... make any drop count"


«The Mahogany team travelled to India earlier this year to film the first in a series of videos which aim to raise awareness of the importance of clean water in some of the worlds poorest areas.
Water is integral to our survival. It is easily taken for granted. The people of Pondicherry, South India, have had a strained relationship with water. From months of droughts, to tsunamis that have destroyed peoples lives. Water is something that they have learnt never take for granted. We placed buckets of water in various places in and around Pondicherry and let the people come and enjoy safe clean water.»



Directed, Produced and Filmed by:
Hobby Holmes and Ricky Patel.
Music: Sigur Ros

25 de octubre de 2012

12.12.12

...is coming... the third One Day on Earth to complete the trilogy... feel free to join this global project  to share your own personal vision of one day of life around you...




Taking a look to the beginnings... 10.10.10 idea...


24 de octubre de 2012

refreshing geometry...

is what this artist, Sakir Gökcebag, makes: 
recontextualizing everyday objects from their customary contexts through geometry, serial reproduction, deformation, and deconstruction.
















«We live in a designed and thoroughly constructed world, in which the natural has largely been superseded by the cultural practices of man. Everything we use has been devised, produced, and mediated through others. Today, designers are the composers of our world. They determine how we sit, what we wear, and what we are supposed to eat. In consequence, we have long been deprived of our capacity for making our own decisions. In pre-modern times, man was more autarchic in his social environment and more concentrated on his immediate context. He lived in closer connection to nature, from which he learned and from which he obtained the raw materials for his existence. The end products with and from which the individual lived were partially produced by one’s own hand. Yet, although the whole world has virtually become a village for us, we are no longer able to manufacture anything ourselves. Thus, we are caught in the paradox of a theoretical omnipresence and availability of products and their practical inaccessibility and unavailability. Because of this dilemma, we are dependent on the manual labor of people from countries, the geographical location of which we have difficulty finding on the world map. Our service, recreation, and entertainment society is amusing itself to death and in the process is being buried under the objects of everyday life, with which we connect the hope for meaning in the social vacuum of our existence. Disposable society! What an ironical term, when, in fact, we identify ourselves today more than ever through our possessions. Thus, the questions pertaining to our identity have only short-term significance since after all they ultimately end up in the garbage can.»

From:On the Beauty of the Normal and the Poetry of the Everyday
(Some thoughts on the works of Sakir Gökçebag)
 by Dr. Marcus Graf


20 de octubre de 2012

"The only certainty is uncertainty"...


"The best questions are the ones 
that create the most uncertainty" 
Beau Lotto (neuroscientist)

«... I want to tell you a story about seeing differently, and all new perceptions begin in the same way. They begin with a question. The problem with questions is they create uncertainty. Now, uncertainty is a very bad thing. It's evolutionarily a bad thing. If you're not sure that's a predator, it's too late. Even seasickness is a consequence of uncertainty. If you go down below on a boat, your inner ears are telling you you're moving. Your eyes, because it's moving in register with the boat, say I'm standing still. Your brain cannot deal with the uncertainty of that information, and it gets ill. The question "why?" is one of the most dangerous things you can do, because it takes you into uncertainty. And yet, the irony is, the only way we can ever do anything new is to step into that space. So how can we ever do anything new? Well fortunately, evolution has given us an answer. And it enables us to address even the most difficult of questions. The best questions are the ones that create the most uncertainty. They're the ones that question the things we think to be true already. It's easy to ask questions about how did life begin, or what extends beyond the universe, but to question what you think to be true already is really stepping into that space...»



«What is evolution's answer to the problem of uncertainty? It's play. Now play is not simply a process. Experts in play will tell you that actually it's a way of being. Play is one of the only human endeavors where uncertainty is actually celebrated. Uncertainty is what makes play fun. It's adaptable to change. It opens possibility, and it's cooperative. It's actually how we do our social bonding, and it's intrinsically motivated. What that means is that we play to play. Play is its own reward.»


You can read the  publication of the first ever peer-reviewed scientific paper written by schoolchildren  "BlackawtonBees" and download it here

To know more about Lotto work on perception (don't miss the 13:25 min... beautiful!)           

10 de octubre de 2012

y Montevideo subcumbió a la tristeza...

Fundación de la tristeza...

«Montevideo no era gris. Fue agrisada.
Allá por 1890, uno de los viajeros que visitaron la capital de Uruguay pudo rendir homenaje a la ciudad donde triunfan los colores vivos. Las casas tenían, todavía, caras rojas, amarillas, azules...

Poco después, los entendidos explicaron que esa costumbre bárbara no era digna de un pueblo europeo. Para ser europeo, dijera lo que dijera el mapa, había que ser civilizado. Para ser civilizado, había que ser serio. Para ser serio, había que ser triste.

Y en 1911 y 1913, las ordenanzas municipales dictaron que debían ser grises las baldosas de las veredas y se fijaron normas obligatorias para los frentes de las casas, donde sólo será permitida la pintura que imite materiales de construcción, como ser arenisca, ladrillo y piedras en general.

El pintor Pedro Figari se burlaba de esta estupidez colonial:
—La moda exige que hasta las puertas, ventanas y celosías se pinten de gris. Nuestras ciudades quieren ser Parises... A Montevideo, ciudad luminosa, la embadurnan, la trituran, la castran...

Y Montevideo sucumbió a la copiandería.

En aquellos años, sin embargo, Uruguay era el centro latinoamericano de la audacia y probaba con hechos su energía creadora. El país tuvo educación laica y gratuita antes que Inglaterra, voto femenino antes que Francia, jornada de trabajo de ocho horas antes que los Estados Unidos y ley de divorcio setenta años antes de que la ley se restableciera en España. El presidente José Batlle, don Pepe, nacionalizó los servicios públicos, separó la Iglesia del Estado y cambió los nombres del almanaque. La Semana Santa todavía se llama, en el Uruguay, Semana de Turismo, como si Jesús hubiera tenido la mala suerte de ser torturado y asesinado en una fecha así.» 

del libro de Eduardo Galeano
"Espejos. Una Historia casi Universal"
Siglo XXI. 2008

6 de octubre de 2012

what makes us so different...

when viewed from the sky the ways in which we people come together to live (or survive) you can almost guess where you are just based on how people colonize the space...  by adapting to or by destroying the landscape... 
so...  guess where...































you can read the fable "
Around the world in 30 photos"
by Pepo Jimémez 

3 de octubre de 2012

mit jedem deiner fehler...

(with each one of your mistakes...)
From time to time I like sharing some music at this virtual place... and as most of us we are not used to listen german music I just wanted to 'let sound' this beautiful song from a german singer who I like a lot... Philipp Poisel...

I recommend the 
ZDFneo Philipp Poisel unplugged Koncert in youtube... one hour to enjoy his music and his voice