El agujero negro representa la culminación de lo desconocido, ni siquiera la luz consigue escapar de él. Se forman con la última implosión de una estrella masiva, muchísimo más grande que nuestro sol. El cadáver de esa estrella es tan extraordinariamente pesado que ninguna forma natural puede evitar que se desplome bajo su propio peso.
Cuando la materia se acerca a un agujero negro, entra en resonancia y suena como una campana. En términos musicales, el tono del sonido generado por el agujero negro se traduce en la nota Si bemol. Pero un humano no tendría ninguna oportunidad de escuchar esta actuación cósmica, debido a que la nota es 57 octavas más baja que el Do (un teclado típico de piano contiene sólo 7 octavas). A una frecuencia mil millones de veces más profunda que los límites del oído humano, esta es la nota más profunda detectada de un objeto en el Universo.
12 de Septiembre de 2003: El Observatorio de Rayos X Chandra, de la NASA, observa por primera vez ondas de sonido generadas por un agujero negro. Las ondas de sonido emanan del corazón del Cúmulo Galáctico de Perseo, una gigantesca agrupación de galaxias ubicada a unos 250 millones de años luz de la Tierra (un años luz equivale a unos 10 millones de millones de kilómetros, la distancia que recorre la luz en un año).
Es el canto más profundo jamás detectado en un objeto en el Universo. Las notas del agujero negro han sido vistas, y no oídas, debido a que los sonidos no pueden transmitirse por el vacío del espacio que media entre ese lugar y nosotros, y sólo podemos ver cómo las ondas sonoras se propagan en regiones de alta densidad de gases como la que rodea a éste agujero negro.
Se requiera una tremenda cantidad de energía para generar las estructuras que se aprecian en las imagines, del orden de 100 millones de supernovas. Gran parte de esta energía es transmitida por las ondas sonoras y es disipada en el gas del cúmulo, recalentándolo e impidiendo que se enfríe.
De ser así, este grave murmullo, 57 octavas bajo el Do, estaría sonando desde hace 2,5 mil millones de años.
* En 2006, un grupo de investigación formado por astrofísicos del Observatorio Steward de la Universidad de Arizona, la Universidad Hebrea y el Instituto Max Planck de Potsdam (Alemania), descubren que el sonido rige el último estertor de las supernova. El final de la vida de una supernova es una explosión impresionante. Durante un par de segundos, este cuerpo celeste brilla tanto como mil millones de estrellas. Los cálculos indican que las estrellas moribundas pulsan a frecuencias sonoras audibles durante una fracción de segundo antes de reventar. “El núcleo más interno empieza a vibrar vigorosamente y, tras 700 milisegundos, la oscilación se hace tan intensa que empieza a generar ondas sonoras de frecuencias entre 200 y 400 Hz, situadas en una octava media de la escala. Estas ondas refuerzan la onda de choque creada por el colapso de la estrella, que acaba por explotar”
FUENTES:
http://www.gabitogrupos.com/elojodelaluz/template.php?nm=1274817332 -En esta web se pueden escuchar algunos sonidos del universo:RADIO COSMOS FM.